Un profundo dolor se instaló en el club Nueva Chicago debido a la muerte de Pablo Motta, ex colaborador técnico y con un permanente vínculo a la institución de Mataderos.
Motta, hijo del fallecido técnico Rodolfo y también gran referente del club de Mataderos, tenía 52 años y estaba internado en una clínica en Avellaneda luego de contraer Coronavirus. La semana pasada los jugadores de Nueva Chicago salieron a la cancha, en el campeonato de Primera Nacional, con una bandera con la frase Fuerza Pablo.
Una lesión de ligamentos cortó su carrera de futbolista, tras su paso por las inferiores de Nueva Chicago y Platense. Se dedicó luego a la dirección técnica, comenzando como ayudante de campo de Hugo Zerr en Nueva Chicago en el ascenso a la B Nacional de 1991.
Luego, con el título de técnico, comenzó a trabajar con su padre, el recordado Rodolfo Motta -como dupla dirigieron a Nueva Chicago en Primera A- y de Rodolfo De Paoli. En Atlas, en el torneo de Primera D, tuvo su experiencia como técnico principal.