Rubén Capria, mánager de Racing Club, no solo fue quien propuso a Juan Antonio Pizzi como entrenador, sino también el que lo sostuvo cuando gran parte de la dirigencia empezó a contactar a otros directores técnicos para reemplazarlo.
En pocas semanas, el conductor del equipo de la Academia pasó de tener un pie y medio afuera de Avellaneda, a meter al equipo en semifinales de la Copa de la Liga y en octavos de final de la Copa Libertadores, ganando su grupo.
Hoy, en una entrevista con TyC Sports, Capria celebró haberlo bancado y que la dirigencia haya aceptado su postura mientras los resultados no se daban.
“En el fútbol argentino, los resultados a veces son difíciles de esconder. Entonces, cuando las cosas no salen, siempre se generan esas turbulencias. Había un montón de atenuantes que había que exponer, y decir que me parecía importante sostener un proyecto iniciado hace tan poco tiempo, golpeado por las bajas a causa del coronavirus. Mi rol es parar la pelota y poner estas cuestiones en la mesa de discusión, me pone contento que la dirigencia crea en mi rol”, expuso el Mago.
Si bien admitió que “hubo partidos en los que no se vio el rendimiento esperado”, recordó que “en otros si”, por lo que “había un montón de cosas de las cuales agarrarse para sostener el proyecto”.
“Lo importante es arroparse en ciertas crisis y hacerse fuertes como club”, destacó.
Capria resaltó que “el equipo fue ganando ciertas cuestiones y hoy se lo ve mucho mejor, más fuerte, y se fortalece desde los resultados y el funcionamiento”.
“Juan tiene todo para poder llevar adelante este proyecto”, aseguró Capria, quien eligió en su momento al entrenador “por su recorrido, su personalidad”.
Consultado sobre una posible final local ante Independiente, Capria frenó la pelota como cuando era jugador y advirtió que “primero hay que pasar a Boca” y que “las aceitunas se comen de a una”.
“Hay que ir paso a paso, después te toca con quien te toca. Para salir campeón, tenés que ganarle a quien sea”, concluyó.