Celsa Victoria Ramírez, fiscal especializada en eventos masivos del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, imputará a Sergio Rapisarda, presidente de Vélez, por la fiesta clandestina que tuvo lugar en el Polideportivo del club de Liniers entre la noche de ayer y la madrugada de hoy.
El jefe de seguridad de Vélez, Eduardo Capuchetti, también será imputado por la fiscal, en la misma causa y por el mismo motivo.
El estadio José Amalfitani, donde el domingo Vélez recibirá a Unión por la Copa de la Liga, no será clausurado, ya que ahí no se realizó la fiesta. Ese castigo podría recaer en el Polideportivo, ubicado en el otro extremo de la entidad, sobre la avenida Juan B. Justo.
En esta fiesta clandestina, participaron alrededor de 100 personas, entre ellos varios integrantes de la barra brava de Vélez e invitados especiales. Hasta hubo un show musical, a cargo de L-gante, quien lució una camiseta del club de Liniers.
Apenas comenzaron a difundirse videos y fotos de este evento, muchos socios de Vélez elevaron sus quejas y explicaron las restricciones que sufren para realizar reuniones en el mismo sitio.
De inmediato, las autoridades policiales y gubernamentales de CABA tomaron intervención. Y realizaron una inspección en el sector donde se llevó a cabo esta fiesta clandestina. Y luego hubo un allanamiento en el club, y se revisaron las cámaras de seguridad.
Desde Vélez no hubo ningún comunicado oficial, ni tampoco ningún directivo dio -hasta el momento- explicaciones. Repiten el mismo silencio del anterior caso polémicos: la otra fiesta clandestina donde participaron cuatro futbolistas (Centurión, Lucero, Almada y Brizuela) y la posterior denuncia judicial contra dos de ellos por abuso sexual.
Rapisarda fue reelecto presidente del club de Liniers el sábado pasado, con el voto del 40% de los socios.