“Cuando nací, los médicos dijeron que jamás iba a poder caminar”. Ni siquiera esa cruda sentencia fue un obstáculo insalvable para Belén Ameijenda, quien nació con una malformación congénita llamada espina bífida. La joven porteña luchó, se puso de pie, incluso contra aquellos pronósticos, y hoy pelea por un sueño: convertirse en la primera piloto con discapacidad del automovilismo deportivo en Latinoamérica.
“No tengo experiencia, es la primera vez que voy a competir”, admitió Ameijenda en diálogo con IAM Noticias, pero dejó en claro que esa falta de antecedentes no se equipara ni por asomo con las ansias que lleva dentro por conducir un auto de carreras.
Es que, durante sus 24 años de vida, demostró que tiene la valentía y la fuerza necesaria para sobreponerse a las adversidades. No la venció una malformación que afecta la columna vertebral y la médula espinal, así como tampoco las “más de seis operaciones” a las que tuvo que ser sometida, ni tampoco los 11 años de rehabilitación que afrontó.
Belu, tal su apodo, siempre siguió adelante y hoy no solo camina con la asistencia de bastones (“Nunca usé una silla de ruedas, como habían planeado inicialmente”, remarcó), sino también con el sostén que significa perseguir un anhelo.
“Desde siempre que están las ganas de correr. El automovilismo siempre me acompañó pero quizás no pensaba dedicarme a esto”, comentó esta estudiante de periodismo deportivo, carrera que eligió para estar cerca de este deporte, cuando aún no soñaba con ponerse frente a un volante.
La dura lucha para lograr el objetivo
Ameijenda, que tiene como referente a Juan María Gatito Nimo (piloto parapléjico que compitió, entre otras categorías, en TC Pista Mouras), proyecta a la Formula 1100 Bonaerense, una categoría zonal de monoplazas, como su puerta de ingreso al automovilismo deportivo. En esa dirección trabaja sin descanso.
“Estamos buscando sponsors que puedan colaborar, no solo con dinero sino con elementos como repuestos o indumentaria, que nos puedan servir para correr”, comentó, no sin destacar que comprende el contexto económico del país. Por eso subrayó que cualquier ayuda, por más pequeña que sea, es válida.
Su vehículo, naturalmente, deberá presentar algunas modificaciones para adaptarse a su situación. “Entre otras cosas es necesario el acelerador y el freno al volante, y estamos viendo si el embrague va o no a la caja. Eso lo vamos a definir a medida que se vaya armando el auto y también adaptándonos al presupuesto”, aclaró.
Hace un tiempo, Ameijenda lanzó una campaña en redes sociales para obtener visibilidad, que se profundizó en las últimas semanas y obtuvo buena repercusión por parte de los que serán sus colegas. “El recibimiento fue excelente de parte de todos. Soy amiga de algunos pilotos que se portan muy bien”, manifestó.
Los estudios obligatorios para obtener la licencia médica, los tiene aprobados. Ahora sólo resta hacer la prueba de escape y entrenar mucho. Después, presentar el proyecto del armado del auto. Por último, claro, obtener el presupuesto, “que es lo que más cuesta” (los interesados pueden comunicarse a través de su Instagram @belu.honda).
“Mi deseo es llevar el mensaje para que todas las personas, tengan o no discapacidad, logren lo que se propongan. Y también para tener una sociedad con más empatía. También, claro, crecer en la mayor cantidad de categorías posible”, completó Ameijenda, un gran ejemplo de superación al volante.