Los 4 puntos sumados sobre 12 posibles son una clara muestra de la mediocridad futbolística de un Rosario Central que no tiene una idea de juego definida, con un técnico inexperto que para colmo no reconoce los errores propios y se pone a la defensiva ante las consultas de la prensa.
Pero la culpa no es de Cristian González o de todos los juveniles que hizo debutar en este tiempo en la máxima categoría del fútbol argentino, sino de los dirigentes de Central. Nunca tuvieron el supuesto proyecto deportivo para potenciar a las divisiones inferiores del club, sino que recurrieron al Kily, que estaba dirigiendo la Reserva, y a jugadores con muy poca experiencia profesional con el objetivo de abaratar al máximo los costos del plantel auriazul, a raíz de la grave crisis financiera que atravesaba la institución y que se agravó con la pandemia de Coronavirus.
Tras la derrota de anoche ante Racing, los futbolistas quedaron concentrados en el predio de Arroyo Seco y hoy por la mañana entrenaron en dicho complejo. Los suplentes, por su parte, jugaron un amistoso contra Douglas Haig de Pergamino. Más allá de la derrota por 1 a 0, la noticia fue que estuvo presente el uruguayo Martín Rabuñal, quien llegó en reemplazo del lesionado y operado Fabián Rinaudo.