Facundo Campazzo brindó una conferencia de prensa virtual, luego de su gran actuación en la victoria de Denver Nuggets sobre Charlotte Hornets, con récord personal en asistencias y robos.
El base cordobés hizo mucho hincapié en la importancia de dejar de lado su ego para poder adaptarse a su nuevo rol, ya que pasó de ser una estrella consagrada en Real Madrid a una pieza de recambio en la NBA.
“Si yo escuchara a mi ego, no podría estar acá. El ego es la principal traba a todo. Intento correrlo, no escucharlo, convivir con él pero controlarlo. Intento que no haya ego en cualquier decisión que tomo en el juego. A partir de ahí, sólo pueden pasar cosas buenas”, destacó.
El único argentino en la mejor liga del mundo intenta poner siempre su juego “a disposición del equipo y tomar lectura de lo que necesita”, porque “en el equipo cualquiera puede agarrar la pelota y llevarla”.
“Mi cabeza va más por el lado de la intensidad, contagiar a mis compañeros en defensa y estar concentrado. Si estoy en el banco, intento apoyar y estar concentrado en lo que pasa para no cometer errores al entrar. Si hay ego en eso, nada bueno puede pasar. A lo sumo puede pasar algo bueno en el corto plazo, pero yo quiero mantenerme a largo plazo. Intento quitar el ego y pensar nada más en lo que puedo hacer en la cancha para ayudar al equipo a conseguir victorias”, agregó quien fue escogido para el Rising All-Star, el partido que precede al Juego de las Estrellas de la NBA y reúne a los mejores jugadores de primer y segundo año, y que no se realizó por la pandemia.
Además, Campazzo dejó en claro por qué decidió jugar en la NBA: “Vine a desafiarme, a competir, a demostrarme que puedo jugar en un nivel como este y de adaptarme a un equipo lleno de estrellas como el de Denver. Es un desafío muy grande. Habrán momentos difíciles y momentos buenos. La NBA va y viene, algunos días tenés oportunidades, otros no tantas. Trabajo mucho en lo mental, además de lo físico, para tener todo bajo control. No es fácil, pero a eso vine”.
“Hay que hacer las cosas de la mejor manera posible, trabajando duro y mostrando el mismo camino que a mi me mostró la Generación Dorada. Ser profesional no es solo venir, cumplir horario, entrenar. Es trabajo extra, estar bien afuera de la cancha y, a la hora de jugar, vaciarse. Dejar todo. Eso a la gente le gusta y se siente identificada”, concluyó.