Alejandro Domínguez, presidente de la CONMEBOL, les escribió hoy a sus “apreciados amigos y amigas del fútbol sudamericano”, en el día en el que cumple cinco años en su cargo.
Recordó que cuando agarró el timón la casa madre del fútbol sudamericano “se hallaba golpeada y desprestigiada”, y que “antiguos dirigentes la habían convertido en una máquina de recaudación personal, con manejos turbios y oscuros”.
Con ese punto de partida, destacó los logros de una gestión que se inició a base de “una administración transparente y profesional”.
La carta completa de Domínguez:
Hace cinco años, después de mucha reflexión y diálogo con mi familia, asumí el desafío más grande de mi vida profesional. Con el respaldo de todas las asociaciones miembro me convertí en presidente de la CONMEBOL el 26 de enero del 2016, en el Congreso realizado en Asunción.
La CONMEBOL era entonces una organización muy diferente a la actual. Se hallaba golpeada y desprestigiada. Antiguos dirigentes la habían convertido en una máquina de recaudación personal, con manejos turbios y oscuros. Se habían olvidado del fútbol. Recuperar la institución, reencausarla hacia sus verdaderos propósitos, devolverla a sus raíces, a trabajar por y para el fútbol sudamericano, iba a demandar un enorme esfuerzo. Pero, si algo debo a mis padres y a mi educación, es la capacidad y la persistencia de creer en grande. Con la ayuda de los presidentes de las asociaciones miembro y de mis más cercanos colaboradores fuimos construyendo un equipo fuerte y muy motivado.
Sentamos las bases de una administración transparente y profesional, partiendo de auditorías independientes realizadas por empresas reconocidas a nivel mundial. Años después veríamos los frutos de estas acciones con la recuperación de USD 55 millones de manos de la corrupción. La CONMEBOL es la única confederación que logró esta conquista.
Defendimos desde el minuto uno de nuestra labor un principio elemental: lo que el fútbol genera debe reinvertirse en el fútbol. Hoy más del 95% de los recursos generados por las competiciones de la CONMEBOL regresa a las asociaciones miembro y a los clubes. El resto es empleado en sostener la gestión administrativa y operativa de la institución.
La evolución de los premios entregados en la CONMEBOL Libertadores y la CONMEBOL Sudamericana muestra claramente esta reinversión. Mientras en el 2016 se repartieron poco más de USD 92 millones en la Libertadores, en la edición del 2020 esta cifra subió a más de USD 168 millones. En la Sudamericana ocurrió algo semejante. En el 2016, los premios alcanzaban cerca de USD 33 millones, en el 2020 esta cantidad subió a USD 47,2 millones.
Creímos siempre en la innovación. Implementamos el VAR con la convicción de que la tecnología ofrece herramientas de gran utilidad para garantizar la justicia deportiva. Con la misma finalidad cambiamos los formatos de nuestras competiciones, estableciendo la definición de las copas mediante finales únicas. Esto no solo asegura equidad deportiva (las estadísticas nos indicaban una excesiva ventaja para el equipo que oficiara de local en el segundo partido) sino que también nos brinda la oportunidad de convertir la final en una verdadera fiesta para celebrar nuestra cultura y el hermoso deporte que nos une.
Pero el 2020 nos reservaba la mayor prueba. Nadie podría imaginarse que un virus desconocido desencadenaría una pandemia que paralizaría el mundo, incluyendo naturalmente al fútbol. No había opción: paramos la pelota. La CONMEBOL fue la primera confederación en suspender sus competiciones, una decisión que obedece a nuestra prioridad: cuidar la salud de todos. Pero con planificación, mucho trabajo y la comprensión de las autoridades fuimos capaces de devolverle a millones de sudamericanos la pasión, las emociones, la alegría que solo el fútbol despierta.
Todos nuestros esfuerzos tienen un solo sentido: que el fútbol sudamericano vuelva a ocupar el sitial internacional que le corresponde por el talento de sus atletas y por su riquísima historia. Esa es nuestra meta y nuestra mayor ambición que vuelvan los grandes triunfos, a nivel de clubes y de selecciones. Amigos y amigas, quiero decirles esto: no descansaremos hasta que Sudamérica alcance de nuevo las más altas glorias deportivas.
Hoy, a las puertas de una histórica final única de la CONMEBOL Libertadores en Río de Janeiro, lo primero que quiero hacer es agradecer el apoyo y la confianza a los presidentes de las asociaciones miembro, a los presidentes y dirigentes de clubes, a jugadores, jugadoras, técnicos, asistentes, periodistas, árbitros y millones de hinchas en todo el continente. Agradecer también a los patrocinadores y tenedores de derechos de nuestros torneos, que han respaldado a la CONMEBOL en todo momento. A mis compañeros de la CONMEBOL, que demuestran cada día su compromiso con un trabajo responsable y de calidad.
Gracias a mi familia, que enfrentó conmigo todos los obstáculos y dificultades.
Gracias a Dios, por todas sus bendiciones.
Han sido cinco años con días buenos y días malos. Pero siempre me he sentido acompañado.
¡Viva el fútbol sudamericano, el mejor del mundo!
Alejandro Domínguez W-S