“Esto no lo voy a ver yo, pero es lo más importante que podemos hacer por el básquet femenino argentino. Es un proyecto que me entusiasma mucho porque sentimos que estas cosas son las que pueden cambiar la historia”. Gregorio Martínez lleva apenas cinco meses en el cargo como head coach de los seleccionados femeninos, pero su visión va mucho más allá de la competencia. “Estamos en un momento bisagra, en el que debemos ir por un básquet femenino grande, con una competencia interna que mejore y, sobre todo, con más chicas jugando nuestro deporte, la gran asignatura pendiente”, considera quien pensó en una idea ambiciosa que ayude a agrandar la base de pirámide, permita desarrollar talentos y así insertarlos en el alto rendimiento a una temprana edad. Tras un par de meses de trabajo y debate, la Confederación Argentina aprobó el Proyecto Nacional Formativo (PNF 2028), que se iniciará a principios de enero, reclutando, siguiendo y desarrollando a 100 jugadoras entre 13 a 17 años, con una particularidad: que aproximadamente 70 tengan al menos 1.80 metro.
Este es el nuevo eslabón de una cadena que busca potenciar la rama femenina en el país. Todo comenzó con la decisión de destinar la totalidad (46 en 19 provincias) de las Escuelas de Deportivas Argentinas (EDA) a la rama, luego siguió con el fichaje de Martínez –coach de gran éxito en el femenino y hasta en la Liga Nacional masculina- y su cuerpo técnico, continuó con la decisión destinar todos los recursos para que, durante 73 días, la preselección U18 se entrenará de forma segura durante la pandemia -el Premundial comienza el 3 de febrero en Colombia-, avanzó con el 3×3 –se aprobó que un equipo femenino competirá en los torneos top de la disciplina en Europa, igual que otro masculino- y seguirá con este plan, con la firme voluntad de que cada vez más mujeres ocupen puestos profesionales en la estructura femenina. Las metas son ambiciosas, a mediano y largo plazo: que la Mayor se clasifique por primera vez a los Juegos Olímpicos 2024, mejorar el ránking FIBA de 3×3 y que de las EDA y este nuevo programa salgan varias de las chicas que integren las selecciones menores, por ejemplo en los próximos Juegos de la Juventud.
“Estamos avanzando hacia un crecimiento real y sostenido del básquet femenino, buscando más recursos, armando un equipo de trabajo cada vez más grande y mejor capacitado, interrelacionando distintas áreas de la CABB, otorgando las mejores condiciones posibles, con la decisión de que las EDA potencien la formación juvenil y ahora con este plan que nos permitirá masificar, crecer y competir de forma sostenida. Estamos poniendo en funcionamiento proyectos de aplicación inmediata para lograr que haya más jugadoras, pero también más entrenadoras, kinesiólogas, juezas y dirigentas. Incluir al sector público y privado para que apoyen estas iniciativas. También presentaremos en ambas cámaras del Congreso un plan de incentivos fiscales para las empresas que ayuden al femenino”, explica Fabián Borro, presidente de la CABB desde hace un año.
Si nos adentramos en el nuevo proyecto, la búsqueda principal será formar y desarrollar, a temprana edad. “La idea es que las chicas se conviertan en atletas a partir de los 14 años, no a los 20, que sepan cuáles son los hábitos que se necesitan para ese objetivo, que se sientan motivadas y acompañadas durante ese camino, y darles las herramientas necesarias para eso”, explica Martínez, quien apunta a hacerlo con las chicas más altas que haya en nuestro país. “Es nuestra gran falencia en el femenino. Para dar una idea: de las 30 convocadas a la primera preselección U18, sólo ocho medían más de 1m80. Necesitamos muchas más y aspiramos a hacerlo con este plan”, agregó.
En el cuerpo técnico, por caso, ya detectaron jugadoras altas. “Hay una chica de 14 años que mide 1m94. Obviamente que en la Argentina no tenemos el biotipo de otros países, pero tampoco es que no contamos con chicas altas. El mayor drama es que no las reclutamos o entrenamos como se requiere. Necesitamos que empiecen a jugar al básquet a los 13 y, sobre todo, tenerlas en la mira y hacerles un seguimiento. Porque, de lo contrario, la mujer deja de jugar mucho más rápido que el hombre. Hay mucha deserción, sobre todo en las más altas, cuando notan que no hay valoración o progresos”, resalta el DT, quien hace una comparación de altura con los hombres para ilustrar el tópico. “Hay una diferencia promedio de 10/15 centímetros a nivel mundial. Una chica de 1m90 equivale a un chico 2m05. Por eso hay pocas jugadoras de 2m00 en el mundo. Como hay pocos 2m15 entre los hombres”, grafica.
Martínez informa que, además de las 70 de mayor estatura, las otras 30 que completarán el cupo de 100 serán las que mejores jueguen de esa edad, sin importar su talla. “Siempre nos va interesar tener a las mejores, a las más talentosas, pero queremos enfatizar en la altura”, explica quien informa que esas 30 tendrán un cupo de 10 por cada categoría (10 en U15, 10 en U16 y 10 en U17). Sobre la forma de trabajo, también da precisiones. “Necesitamos que esas jugadoras se entrenen, como mínimo, 12 horas semanales y para que eso pase buscaremos complementar los trabajos de los clubes para que, además, tengan hábitos de atletas”, explica Gregorio, quien sacó la parte buena de esta pandemia. “El trabajo virtual que descubrimos en este tiempo podemos aprovecharlo, como hicimos al comienzo con la U18: haremos trabajos técnicos y físicos por esa plataforma durante enero, esperando poder juntarlas cuando lo permite la cuestión sanitaria”, completa.
Martínez aclara que no será una lista cerrada, porque podrán ir agregándose nuevas reclutadas a lo largo del tiempo, y sobre el equipo de trabajo, informa que “todos estaremos involucrados”, aunque dio dos nombres de ex jugadoras que se sumarán para este proyecto: Rocío Pérez y Paula Budini, quienes fueron parte del seleccionado nacional que logró la medalla de bronce en el Mundial U19 en 2009. El plan incluye a todo el staff del Femenino, con preparador físico y nutricionista a disposición, para que vayan guiando a las chicas.
Está claro que el básquet femenino ha crecido en materia de jugadoras y su roce internacional, pero se apunta a más. “El mundo está reconociendo el talento argentino. Este es el año con mayor cantidad de jugadoras en el exterior, con más de 50 y varias en las mejores ligas. Pero, a la vez, apuntamos a la masificación del deporte. No tengo dudas del salto de calidad que podemos dar y así crecer en los ránking FIBA, ya que hoy estamos en el puesto 27° en adultas y 16° en formativas. Debemos intentar estar entre las 10/15 mejores selecciones”, precisa Karina Rodríguez, Directora Nacional del Femenino. La idea pasará entonces por potenciar el trabajo de base, arrancando con las EDA –de 11 a 13 años- y siguiendo con este plan que abarcará entre los 13 y 17. “Es momento de iniciar un trabajo a largo plazo para captar a más cantidad de jugadoras. Tanto las escuelas EDA como este plan pueden servir para agrandar la base y promocionar nuestro deporte. Como también el 3×3, una disciplina que crece a nivel mundial y es más fácil de jugar”, opina Martínez, el coach campeón con Unión Florida que quiere trascender no sólo por los resultados en la cancha. Un camino de formación, a largo plazo, que empieza a transitar el básquet argentino.