Lenny Lobato, delantero de 19 años, acaba de firmar su primer contrato profesional con Vélez. La curiosidad es que, a diferencia de tantos futbolistas formados en las inferiores fortineras, no dio sus primeros pasos, en la vida y en el fútbol, en ningún rincón de nuestro país, sino que nació y se crio en Brasil.
“Nací en Búzios y a los 16 años me vine a Buenos Aires para jugar en Vélez. El cambio fue difícil, más que nada por estar lejos de mi mamá y amigos, pero en Vélez me recibieron muy bien y me ayudaron muchísimo”, le cuenta Lobato a IAM Noticias.
Su familia es argentina -su abuela era la reconocida actriz y vedette Nélida Lobato- y existía una conexión afectiva con El Fortín. “Llegué a través de un tío hincha fanático del club que me consiguió una prueba buscando y anotándome por Internet y al final quedé”, explica el juvenil.
Sobre la firma de su primer contrato, el objetivo de todo jugador amateur, considera que “significa mucha alegría y motivación para seguir adelante e ir por mucho más” y le abre el desafío: “Pienso en seguir creciendo y aprendiendo para seguir mejorando como persona y como jugador”.
El vínculo del futbolista, extremo izquierdo categoría 2001 -la misma de Thiago Almada, Florian Monzón, Facundo Cáseres y Damián Fernández-, se extenderá hasta el 30 de junio de 2023. Últimamente estaba jugando en Reserva.
Entre los recuerdos más valiosos de su recorrido por las inferiores, Lobato no duda en elegir “la campaña del año pasado con la Quinta División campeona, dirigidos por Flavio Espósito y la final contra Racing que ganamos 5 a 0”.
De jugar en las cálidas playas cariocas al fútbol organizado en la Villa Olímpica de Vélez. Llegó en 2017 y en poco tiempo mostró sus condiciones y ahora acaba de ganarse el premio de su primer contrato.
Apenas tres futbolistas brasileños jugaron en la Primera de Vélez: los delanteros Eduardo Pimentel (1962-63, 38 partidos y 1 gol), Kaneko (1970, 6 partidos) y Junior Da Silva (2002, 1 partido).