Una de las historias recordadas de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, remite al día que Las Leonas pasaron de la decepción y la tristeza por la derrota ante Holanda en semifinales, al sacudón anímico por la visita y el mensaje motivador de Diego Maradona. Gabriel Minadeo, entrenador de la Selección Argentina en esa época, brindó detalles de aquel encuentro.
“Después de perder ese partido se nos vino el mundo abajo, estábamos muy mal porque queríamos la medalla de oro. Diego nos había llamado antes y nos dijo que iría al partido. No le querían dar una entrada, pero al final entró con el partido empezado, iban 40 segundos y con su ingresó se paró todo, todos lo estaban mirando a él”, empezó contando Minadeo en Fuego Sagrado (Radio Concepto).
Siguió su relato: “instantes después de terminar el partido, me dicen que Maradona quería saludar a las chicas. Yo dudé: ¿qué hago?, me pregunté, porque las chicas estaban realmente mal. Pero como Diego tuvo la delicadeza de venir, dije: sí, que entre. Cuando lo ves, notás que tiene algo especial. Primero Magui (Aicega) le agradeció, y después habló él, de una forma tan sencilla y conmovedora, y tenía los ojos llorosos”
“Nos prometió venir al próximo partido para vernos ganar la medalla de bronce. Y ahí nos volvió el alma al cuerpo, sabíamos que teníamos que ganarle a Alemania para cumplir el pedido de Diego. Me ayudó a recuperar rápido la cabeza de las chicas para ese partido. Y cuando ganamos esa medalla, Maradona lloraba de alegría con las chicas y se puso muy feliz cuando le dimos una camiseta”, finalizó Minadeo.
Sobre esa medalla de bronce, el ex jugador de Banco Provincia y la Selección (con presencia en tres Juegos Olímpicos: Seúl 1988, Barcelona 92 y Atenas 96), reflexionó: “la gran satisfacción que se genera no es por el logro de ese momento, sino por el proceso, con todo el camino recorrido en los cuatro años previos. Ese momento es increíble, pero recordando todo lo que has pasado”.
De la experiencia como entrenador de la selección femenina, reveló: “El primer año con Las Leonas no la pasé bien, quería hacer todo. Cuando estaba con Cachito Vigil era la selección de hockey, cuando agarré yo ya eran Las Leonas, era otra la presión. Cuando vos ganas por primera vez, después salir segundo, tercero o cuarto se ve como un fracaso y no debería ser así”.