Se sacrifica por el equipo. Lleva a cabo las indicaciones tácticas que le provee el entrenador. Es el primer defensor de Boca cuando la pelota la tiene el rival. Franco Soldano cumple, pero no puede secar la pólvora y sigue enemistado con el gol.
Un partido más pasó sin que el delantero convierta un gol. Y en La Bombonera, ante Libertad, tuvo sus ocasiones.
La primera y más clara fue a los 13 de primer tiempo. Carlos Tevez, con una asistencia que sólo él imaginó dentro de la cancha, lo dejó mano a mano con Martín Silva, pero Soldano falló.
El cordobés no se tomó el tiempo que tenía disponible para pensar la mejor definición e impactó la pelota de primera y sin dirección. El duelo, naturalmente, lo ganó el arquero del equipo paraguayo.
Por si fuera poco, en busca del rebote, Soldano contactó a Silva y se llevó una amonestación.
La segunda y última chance clara llegó a los 22 y fue el encargado de su fabricación. Ingresó con pelota dominada por el sector izquierda y, desde un ángulo cerrado, intentó un disparo cruzado.
Su zurdazo fue rechazado por Silva, quien le ahogó ese grito de gol que tanto espera.
Soldano salió poco después de cumplirse el cuarto de hora del complemento. Walter Bou lo reemplazó. El delantero, por ahora, sigue con el grito atragantado.