Después de seis años, se terminó definitivamente el ciclo de Luis Suárez en Barcelona. Entre lágrimas, el goleador uruguayo de 33 años se despidió del club catalán y de su afición para jugar en Atlético de Madrid.
Lo hizo con un mensaje cuyo principal contenido fue el agradecimiento hacia el club al que llegó en 2014 desde Liverpool, después de la famosa mordida a Chiellini en Brasil 2014.
Allí obtuvo nada menos que 4 Ligas, 4 Copas del Rey, 2 Supercopas de España, 1 Champions League, 1 Mundial de Clubes y 1 Supercopa de Europa. Pero llegó el momento del adiós.
Suárez recibió la noticia por parte de Ronald Koeman, entrenador de Barcelona para esta nueva temporada, de que no sería prioridad. Y el uruguayo empezó a buscar un nuevo destino.
De todas maneras, pese a que su vida ya no estará en esa ciudad catalana, el goleador del seleccionado uruguayo dejó una advertencia en su última conferencia: “Que siempre sepan que esté donde esté, seré un culé más”.
“El club confió en mi en 2014 cuando intentó ficharme pese a las condiciones en las que yo venía porque había cometido un error. No era fácil aceptar eso”, valoró Suárez.
El sube y baja emocional traicionó a Suárez cuando comenzó a hilvanar las frases de despedida.
“Toda la gente sabe el esfuerzo que uno hizo para cumplir el sueño de jugar en el mejor equipo del mundo. Se termina una etapa de la cual tengo que estar muy orgulloso”, esbozó antes del primer tropiezo en su voz.
Luego, el tercer máximo artillero de la rica historia blaugrana con 198 goles prosiguió: “Me llevo amigos, eso me deja feliz, ayer me despedí de la gente de club y me deja feliz que vieron que se iba, además de un jugador, un ser humano con sentimientos”.
“Me quedo con todo lo lindo que viví acá en Barcelona. Que mis hijos me vean levantando trofeos, hacer goles, jugar al lado de jugadores increíbles, al lado del mejor jugador de la historia, y eso siempre va a quedar en mi recuerdo”, dijo Suárez, en una referencia clara hacia su amigo y ahora ex compañero Lionel Messi.