Aquellos que presenciaron, ya sea en el circuito de Silverstone o a través del televisor, las acciones del Gran Premio de Inglaterra de Fórmula 1, se dieron el lujo de ver algo que pocas veces suele verse: ver ganar a un piloto cuyo auto tiene un neumático destrozado.
El protagonista de esta historia fue el ingles Lewis Hamilton, quien recorrió los últimos 5.900 metros de competencia con la rueda delantera izquierda de su Mercedes totalmente desecha.
“Solo estaba rezando para dar la vuelta … Casi no llego a las últimas dos curvas, pero gracias a Dios que lo hice. Definitivamente nunca he experimentado algo así en la última vuelta...mi corazón casi se detiene“, confesó Hamilton.