Apenas siete meses y sólo 25 partidos en los que su equipo, al parecer, nunca pudo reflejar en el campo de juego su filosofía. Es eso lo que duró el fugaz paso de Quique Setién por el banco de Barcelona. El club le dio hoy las gracias oficialmente y le deseó mucha suerte. Un triste y solitario final para el técnico cántabro al frente del equipo de Lionel Messi.
“La Junta Directiva ha acordado que Quique Setién deja de ser el entrenador del primer equipo. Esta es la primera decisión en el marco de una amplia reestructuración del primer equipo, que se hará desde el consenso entre la actual secretaría técnica y el nuevo técnico, que será anunciado a los próximos días”, sentenció Barcelona en sus canales oficiales de comunicación.
El mensaje, explícito, dejó al descubierto que las piezas no serán las mismas cuando en la próxima temporada. Mientras busca entrenador (Ronald Koeman parece ser el principal apuntado), el club catalán pasará la escoba por su plantilla.
Setién se convirtió en entrenador blaugrana en enero de este año. Llegó para cubrir el hueco que generó, por erosión, la presencia de Ernesto Valverde, quien había perdido la brújula.
Los resultados del entrenador que venía de completar una gran tarea en Betis fueron nulos: perdió La Liga española con Real Madrid desperdiciando puntos vitales en la recta decisiva y, principalmente, fue humillado con un 8-2 por Bayern Munich, en los cuartos de final de la Champions League.
Setién dirigió a Barcelona en 19 partidos de Liga, tres de Champions y tres de Copa del Rey. Nunca pudo imprimir su estilo. Y no sólo eso, sino que chispazos internos entre sus colaboradores y el plantel parecieron dinamitar la confianza de sus dirigidos.
El ahora ex técnico culé se marcha con un balance negativo para un equipo como Barcelona, de 16 victorias, cuatro empates y cinco derrotas. El blaugrana, que el domingo hizo trascender que no continuaría, lo despidió hoy oficialmente sin pompas: “Gracias y buena suerte”.