Roberto Obi De Biasi, Director de la murga oficial de Vélez, Fortineros de Corazón, uno de los hinchas más emblemáticos y queridos de El Fortín, falleció esta noche víctima de coronavirus. Estaba internado en terapia intensiva, desde la semana pasada, y su estado alternaba entre leves mejorías y pronósticos reservados.
Obi, a secas, como todo el mundo Vélez lo conocía, era una presencia infaltable en todas las canchas donde jugaba el equipo de sus amores, y también en todos los eventos relacionados con el club de Liniers. Hasta se dio el gusto de ser uno de los fundadores y luego dirigir e impulsar la murga oficial, que no sólo ofrecía su espectáculo en las previas de los cotejos en el José Amalfitani sino que también se presentaba en corsos o en festivales en todo el país.
También fue parte importante en la organización de la caravana del Centenario de Vélez, el 1 de enero de 2010, con una multitud que recorrió a pie la avenida Rivadavia, desde la estación Floresta, lugar de fundación de la institución, hasta el estadio.
Siempre con una sonrisa en los labios, desplegando su calidez, y dispuesto a dar una mano -en estos últimos meses estuvo activo en campañas solidarias y en las ollas populares organizadas por los hinchas fortineros-, se hizo de innumerables amigos en su amado club.
En los últimos días, en las puertas del Amalfitani y en varios sectores de Liniers, socios e hinchas colocaron pasacalles o hicieron pintadas deseándole una recuperación a De Biasi, que tenía 64 años.
Apenas se conoció la triste noticia, en las redes sociales se replicaron los mensajes de condolencias y tristeza. Desde futbolistas y ex jugadores -José Luis Chilavert fue el primero-, deportistas, directivos, empleados, hinchas y socios de Vélez.
Su familia también era una de las pasiones que despertaban el amor de Obi, Una de sus hijas, está casada con Carlos Soto, ex marcador central de Vélez y All Boys, entre otros. La política nacional le despertaba el interés y solía lanzar sus comentarios punzantes. Y en los últimos tiempos se insertó en la política partidaria, integrando la nueva agrupación, La V Azulada en el cargo de vicepresidente segundo.
El Amalfitani todavía no reabrió sus puertas y ya se empieza a extrañar al querible Obi, parte grande de la historia fortinera en las últimas décadas.
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