“Respetamos los tiempos, las instituciones y buscamos hacer los cosas de forma prolija, pero la realidad es que la situación es complicada y los futbolistas de Primera C necesitamos una solución y no podemos quedarnos de brazos cruzados”, aseguró Federico Ruso Scurnik, arquero, capitán y referente de San Martín de Burzaco, en una entrevista con IAM Noticias.
Scurnik reconoce que añora la rutina normal: “hubo que acostumbrarse porque no queda otra, es una realidad que nos excede y hay que cumplir con los protocolos. Pero llega un momento que querés que todo vuelva a la normalidad. Como futbolista uno está acostumbrado a estar al aire libre”.
Amplia el concepto: “desde el club nos mandan una rutina para que entrenemos en nuestras casas, pero no es lo mismo. Ir al entrenamiento no es sólo eso; también es viajar con los compañeros, conversar y bromear en el vestuario, compartir toda la rutina con el grupo. Además entrenando sólo, podés no tener ganas; si te pasa en el club tenés al lado al compañero que te motiva”.
Scurnik, de 36 años cumplidos hace unos días en plena cuarentena y con pasado volando bajo los tres palos en Comunicaciones, Lamadrid, Paraguayo, Ituzaingó, UAI Urquiza, Dock Sud y Laferrere, se convirtió en emblema de San Martín.
De la respuesta de los directivos del club de Burzaco, afirma que “estamos en contacto permanente con el presidente Gabriel Ostanelli y nos dio su palabra que hasta que finalicen los contratos los va a respetar y cumplir. Por eso nuestro problema va más allá del 30 de junio, si se confirma que el fútbol no vuelve, ¿qué va a pasar con miles de jugadores que finalizan sus vínculos y se quedan sin trabajo y sin sueldo?. Nos preocupa lo que viene después”.
“Los jugadores de la C vivimos al día. Es cierto que cada categoría es un mundo distinto y cada futbolista arma su estilo de vida de acuerdo a su presupuesto. Nos ajustamos, como hacen todos, pero el panorama asoma desesperante. Estamos a mediados de mayo, si no se consigue una solución en un mes y medio van a quedar muchos futbolista sin trabajo”, reflexiona el arquero.
Señala que “tuvimos contacto con Agremiados, notamos buena predisposición de parte de ellos y nos dijeron que están tratando de encontrar una solución. Pero esa solución sigue sin aparecer. En Primera C, cerca del cincuenta por ciento no tiene contrato profesional y no podemos permitirnos dejarlos de lado: acá la solución nos tiene que involucrar a todos porque todos corren y todos patean la pelota más allá de un papel firmado”.
“Nadie sabe cuando va a volver el fútbol, ni tiene una certeza que va a pasar, por eso insisto que la situación es muy complicada y se necesita una solución. Es imposible trasladar lo que se está haciendo en Europa a nuestro contexto. Ese protocolo que están empezando a aplicar los clubes europeos, no hay forma de aplicarlo en nuestro fútbol. De entrada, acá, en Primera C, la mayoría de los futbolistas van a entrenar en transporte público, y los que van en auto viajan cuatro o cinco juntos”, manifiesta.
El Ruso Scurnik -que salió campeón y ascendió con UAI Urquiza (2010) y San Martín (2014)-, además de decir presente en el arco del equipo de Burzaco es psicológo deportivo. Y el aislamiento social obligatorio le cerró la posibilidad de continuar desarrollando su otra profesión. “También en esta actividad -cuenta- está todo parado. En el rubro deportivo los objetivos están relacionados con la competencia. Y está postergado todo”.