“Una vez discutí con José Luis Chilavert en la cancha y me pegó un puñetazo. Después me llamaron, me pidieron que vaya a un hotel y había dos hombres que me dijeron “estamos acá para matar a Chilavert, pero necesitamos tu autorización. No te puede pegar así” y yo les dije que no, que ni en broma eso. Él era un ser humano como todos y merecía vivir“.
La fuerte confesión la hizo Faustino Tino Asprilla, el ex delantero colombiano surgido en Cúcuta y con recorrido por clubes sudamericanos y europeos además de la Selección cafetera, en una entrevista con TNT Sports.
El ex futbolista, que cerró su trayectoria en Estudiantes de La Plata -disputó apenas 2 partidos en 2004- opinó que “Diego Maradona es un personaje y un muy buen tipo. Yo creo que está entre los mejores, pero me parece que los números de Pelé son impresionantes y le saca una diferencia”.
“De Messi no hay mucho para decir, simplemente hay que darle las gracias porque juega al fútbol. Cuando pensás que ya le llegó el momento, aparece nuevamente. No sé como hace para reinventarse, no lo pueden agarrar y hace siempre lo mismo”, consideró.
Asprilla señaló que “me hubiese encantado jugar en River, el fútbol que ellos practican es el que me gusta a mí y tiene una camiseta hermosa. Rafael Santos Borré es muy bueno y con Gallardo aprendió mucho. Le inculcaron algo que los colombianos no tenemos en la sangre que es meter, meter y meter”.
El colombiano formó parte de la Selección de Colombia en aquella histórica goleada a Argentina 5 a 0 en el estadio Monumental. “Cuando llegamos al aeropuerto, antes del partido, una persona le tiró del pelo al Pibe Valderrama, ¡Se armó un quilombo bárbaro! Nosotros estábamos en un nivel muy alto y teníamos mucha confianza, pero de ahí a meter cinco goles era algo inimaginable. Ni en los mejores sueños podíamos pensarlo”, recordó.
Otro hecho que vivió de cerca en su carrera fue la amenaza de muerte a Gabriel Barrabás Gómez en pleno Mundial EEUU 1994. Asprilla contó: ” En el Hotel, antes de jugar contra Estados Unidos, estábamos todos mudos. Pacho Maturana entró con lágrimas en los ojos y nos dijo que Barrabás no podía jugar y que estábamos todos amenazados de muerte. Nos pidió que llamemos a nuestra familia para ver si estaban bien y ya no teníamos cabeza para jugar al fútbol. En el momento que quedamos eliminados le pedimos a los familiares que se escondieran hasta que llegáramos”.