Gianluca Mancuso se sumó al Real Valladolid Promesas, filial del equipo presidido por el brasileño Ronaldo a mediados del año pasado. El recorrido del volante argentino en el campeonato de Segunda B de España marcaba un buen nivel cuando quedó interrumpido por la pandemia de coronavirus.
“En Valladolid la situación está más tranquila en comparación con otras ciudades, como Madrid por ejemplo. Aquí los casos no fueron más de quince, cifra mucho más corta que otros lugares”, le cuenta Mancuso a IAM Noticias.
“Arrancó con pocos casos y seguimos entrenando y jugando. Pero se empezó a hablar más del tema, empezaron a aumentar la cantidad de infectados y muertos día a día. Y ahí se suspendió todo. Las cifras se cuentan por miles. Y aunque el pico bajó en estos últimos días, igual esto es una locura“, señala el futbolista de 22 años.
Explica que “como venía la situación los directivos del club decidieron que dejásemos de entrenar. Y al día siguiente el Gobierno decretó la cuarentena obligatoria. Estamos encerrados desde el 8 de marzo, va a seguir hasta el 11 de mayo pero seguramente se va a estirar”.
“Hay que cumplir y tener paciencia, es lo mejor. Estoy viviendo con mi novia, Milagros, una gran compañia. La familia está lejos, en Buenos Aires. Tenemos dos supermercados muy cerca y es una ventaja; solamente salimos para ir a comprar”, cuenta.
El volante formado en Vélez relata que “estoy entrenando en casa, cumpliendo la rutina que mandan los profes. También nos mandaron una bicicleta fija a cada jugador del plantel, para mover las piernas. Como esto agarró a todos de sorpresa, el club se encargó de que a la semana todos tengamos nuestra bicicleta”.
Asegura que “no es lo mismo que entrenar grupalmente, como es normal. Más que nada por la falta de contacto con la pelota. Eso me viene faltando en estos dos meses. Acá todos los entrenamientos son con pelota, no es algo intermitente sino que la usamos en todos los trabajos físicos”.
Sobre esta experiencia europea, el hijo de Alejandro Aby Mancuso -ex volante de Vélez, Boca, Independiente, Palmeiras, Flamengo y Selección Argentina, entre otros- resalta: “me costó al principio porque venía sin ritmo y acá el fútbol es distinto al que está acostumbrado. Se juega mucho a uno ó dos toques y es más rápido y no tan aguerrido. De a poco me fui adaptando y cuando se suspendió el campeonato ya estaba al cien por ciento”.
“Aprendí a jugar más rápido, acá no tenés mucho tiempo para pensar, cuando te llega la pelota ya tenés que saber que hacer. Siempre fui un volante más de marca, ahora le agregué más juego. A un número 5 como yo esto le sirve y le aporta mucho al crecimiento futbolístico”.
El pase de Gianluca Mancuso . quien aún tiene una año más de contrato en Valladolid, pertenece a Vélez. Luego de disputar tres partidos en 2017, con Omar De Felipe como DT, el juvenil fue uno de los relegados por Gabriel Heinze. Jugó en Reserva, luego estuvo parado, tuvo inconvenientes con la renovación y le costó conseguir que lo cedieran a otro club.
“La pasé mal en ese momento, porque mi sueño siempre fue tener más partidos y triunfar en Vélez, por lo que significa ese club para mi y mi familia. Habrá que ver que pasa ahora con el cambio de técnico, aunque estoy cómodo y adaptado en España, me gustaría tener mi chance en Vélez”, reconoce.