La dirigencia de Rosario Central continúa evaluando las medidas legales a tomar tras la clausura de las tribunas norte y este del Gigante de Arroyito por parte del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Santa Fe. Dicha sanción se debió a las bombas de estruendos y la gran cantidad de pirotecnia arrojada en el partido contra Gimnasia del sábado 15 de febrero.
Aparentemente están por presentar un recurso de amparo para que lo establecido quede sin efecto el próximo domingo cuando el Canalla reciba a Arsenal. La fecha límite es mañana al mediodía y la resolución sería inmediata y la misma no se puede apelar.
Mientras que mañana, a las 9.30, en la sede local de Gobernación, la máxima autoridad provincial, el gobernador Omar Perotti, se reunirá con los directivos auriazules por el tema de la seguridad en los estadios. También estarán las autoridades de Newell’s, Colón y Unión, pero la decisión estaría tomada y no habría vuelta atrás en lo comunicado, más allá del optimismo de la Comisión Directiva de Central.
Central deberá definir si organiza el encuentro solamente con la mitad del estadio habilitado, lo que generará un caos por la falta de espacio para albergar a los socios, ya que no alcanzará la capacidad de la cabecera sur y de la platea oeste para todos. O directamente jugarlo a puertas cerradas.
En lo estrictamente futbolístico, el técnico Diego Cocca efectuó tres cambios tácticos en la práctica realizada esta mañana en el predio de Arroyo Seco, a puertas cerradas, con respecto al equipo que perdió por goleada ante Defensa y Justicia.
Ingresaron Joaquín Pereyra, el uruguayo Federico Martínez, que debutaría, y Diego Zabala por Emmanuel Ojeda, Lucas Gamba y Sebastián Ribas, respectivamente. Además hubo cambio de esquema porque paró al equipo con un 3-5-1-1.
Los once fueron: Jeremías Ledesma; Joaquín Laso, Diego Novaretti y Emanuel Brítez; Damián Martínez, Ciro Rius, Fabián Rinaudo, Pereyra y F. Martínez; Zabala; Marco Ruben.