Por Jorge Neri*
Por años su nombre bajó como un trueno desde un arco iris de voces gritando al mundo la alegría de la consagración como el primer equipo argentino campeón mundial.
El hincha también acudió al mismo desahogo para cobijarse en el terciopelo de la historia durante los largos tiempos de angustias y desencantos.
“Y ya lo ve, es el equipo de José”. El hincha de Racing se aferró al nombre para cumplir con la rima. Porque José Pizzuti fue más Tito que José.
Tito llevó a la gloria a Racing en aquella tarde del Hampden Park en Glasgow, el día del gol eterno del Chango Cárdenas.
Con toda esa gloria encima, Tito hasta hace dos años, con 90 a cuestas, caminó la ciudad como uno más. Siempre erguido con su cuidado saco y camisa cerrada al cuello, sin corbata. De bajo perfil y charla serena, hablaba con inmaculado respeto a su interlocutor, por más desconocido que fuere y cumpliendo con gentileza el pedido de autógrafo.
Pizzuti se fue de este mundo hace unas horas, con 92 abriles. El dolor de su longevidad fue tener que despedir a varios de los muchachos que dirigió, entre ellos, Agustín Cejas, Roberto Perfumo, Rubén “Panadero” Díaz, entre otros.
Llegó a ver y sentir el festejo por el medio siglo de aquel logro que lo instaló en la historia grande del fútbol argentino. Aquella noche, el Cilindro se vistió de gala y la tribuna también dio su concierto con lo que desde hace tiempo es su himno: “Y ya lo ve, y ya lo ve, es el equipo de José”.
*Especial para IAM Noticias