Walter Montillo se despidió hoy de Tigre, ya que regresará a Universidad de Chile, donde siempre quiso volver.
En una extensa carta en su cuenta de Instagram, el volante ofensivo recordó sus duros inicios en el Matador, el descenso a la Primera Nacional y el título en la Copa Superliga de este año, el primero de la historia del Matador en el fútbol grande.
Será una importante baja para un plantel que debe afrontar la Copa Libertadores y la parte final del torneo de la Primera Nacional, con el objetivo del ascenso.
La carta de Montillo para los hinchas de Tigre:
Todos los que me conocen saben que desde agosto de 2010, siempre dije que mi sueño era retirarme en la U. Ese fue el club en donde despegó mi carrera y se afianzó mi familia con la llegada de mis primeros dos hijos. Pasaron muchos años, negativas, desencuentros… pero finalmente se alinearon los planetas.
Tuve momentos inolvidables en cada institución por la que me tocó pasar… momentos felices y otros no tanto como mi truncado retiro del fútbol.
Cuando parecía que todo estaba terminado, me llamó Mariano Herrón con un proyecto serio en Tigre y, familia mediante, nos animamos a sumarnos.
Tengo que confesar que en el equipo de Victoria entré por la puerta de atrás y bajo la lupa. Los más jóvenes no me conocían y los que sí lo hacían, pensaba que estaba viejo y roto.
Me predispuse a entrenar sin siquiera saber cuánto iba a cobrar. Eso era lo de menos. Estaba comprometido con Ledesma y había que empezar a trabajar. Pero el destino me dio otro golpe: rotura de ligamentos.
Es sabido y comprobado que yo me hice cargo de la cirugía y tratamientos complementarios. Una vez más, Ledesma hizo su gestión para que me permitan entrenarme en Tigre (sin contrato aún). En ese momento recibí llamados del Pato, el Chino y Maxi Levo para que me presente en el club, independientemente del futuro de mi carrera.
Fueron meses largos de trabajo físico y mental. Apoyando al equipo en cada cancha, desde afuera, lejos de la pelota.
Cuando por fin pude ponerme al día, mi único objetivo era sumar. Entre los 11, en el banco o donde fuera. Tigre merece cosas grandes y yo sentía que era el momento. Y Melaraña ahí fue de los pocos que confió en mi y me dio la oportunidad.
Luchamos hasta el último minuto con River para no descender y no alcanzó. Pero logramos darle la primera estrella a la institución y la alegría de la gente es lo que me queda. Me brindé al club al 1000×1000. Creo que las cuentas están saldadas.