No hubo confirmación oficial, pero es un hecho: Pablo Lavallén se despidió de los futbolistas de Colón después de perder ante Aldosivi y dejó de ser el entrenador de un equipo Sabalero al que llevó a la final de la Copa Sudamericana, pero con el que no pudo encontrar el rumbo en la Superliga.
Un gesto valió más que cualquier frase de ocasión al salir del vestuario local del estadio Brigadier Estanislao López, con destino incierto. La prensa lo esperaba y lo invitó a protagonizar una rueda de prensa.
Pero Lavallén extendió la palma de su mano izquierda (en la otra llevaba una valija) y sonrió. Algunos pasos después, levantó el pulgar de la misma mano y lanzó un “gracias por todo”. La historia estaba sentenciada.
El nivel subterráneo de su equipo frente a Aldosivi, seguramente, lo empujó a anticipar su decisión.
Inicialmente se creía que su ciclo iba a concluir el próximo jueves, en la visita que Colón le realizará a Arsenal en el último partido del año, un juego pendiente de la fecha 13.
Paradójicamente, ese capítulo de la Superliga coincidió con el fin de semana en que perdió la final de la Sudamericana en Asunción del Paraguay, ante Independiente del Valle.
Lavallén deja a Colón en la posición 19 con 16 puntos y en una situación comprometida en los Promedios, porque se ubica sólo por encima de los tres equipos que hoy estarían perdiendo la categoría.