Chelsea hizo su negocio. Pegó en los momentos indicados en el primer tiempo y después jugó con las urgencias del Tottenham de José Mourinho. Así, el equipo de Frank Lampard se impuso como visitante por 2-0 ante los Spurs, y terminó el año en la cuarta posición de la Premier League.
El brasileño Willian fue el responsable de las dos conquistas de los Blues. La primera la consiguió a los 12 minutos y la restante a los 48, tras un insólito penal que Paulo Gazzaniga le cometió al español Marcos Alonso cuando el capítulo inicial se extinguía.
Al arquero argentino, habitualmente seguro, lo invadió la indecisión y en vez de capturar la pelota dentro del área con la mano, intentó rechazar con el pie, pero le erró. El envión lo llevó a chocar al futbolista de Chelsea y el VAR ratificó que había sido infracción. Willian no dudó y estableció el 2-0.
En el complemento todo se complicó para Tottenham, porque se fue expulsado el surcoreano Son, tras una infracción también revisada por el VAR.
Tottenham intentó, pero no supo descifrar el planteo que propuso Chelsea para cerrarle los caminos hacia Kepa Arrizabalaga.
El dato negativo del encuentro se dio en el cuarto de hora final, cuando el árbitro Anthony Taylor detuvo momentáneamente las acciones porque el defensor alemán de Chelsea Antonio Rüdiger le advirtió que estaba siendo víctima de cantos racistas.
Juan Foyth y Giovani Lo Celso permanecieron en el banco de suplentes de Tottenham, que comenzará el receso por las fiestas en la séptima posición y fuera de los puestos de clasificación hacia la próxima edición de la Champions League.