El seleccionado de Argentina padeció en la noche israelí a Edinson Cavani, no solo por el gol que abrió el marcador para el conjunto uruguayo en el amistoso que disputan en Tel Aviv, sino porque el delantero de París Saint Germain tuvo cruces picantes con varios futbolistas albicelestes.
Uno de ellos fue con Leandro Paredes, su compañero en aquel equipo francés. Cavani primero le protestó al árbitro local Roi Rainshriber cuando no sancionó con amonestación al volante argentino después de una dura entrada que le propinó en campo celeste.
Con Paredes tuvo otro cruce, en mitad de cancha, que incluso mereció un “Ey, Leo”, por parte del uruguayo. Pero la temperatura comenzó a crecer cuando Cavani entró en un diálogo interminable con Lionel Messi.
Parecía ser uno de los tantos reclamos que se generan dentro de un partido, pero se extendió por varios minutos. Incluso el capitán argentino seguía hablando con Cavani, a varios metros de distancia, antes de ejecutar un tiro libre.
Hasta Diego Godín, paradójicamente, tuvo que interceder entre ambos para que se detengan. Pero no tuvo éxito.
El uruguayo se vengó de tanto enfrentamiento al empujar por el centro del área una cesión de lujo de su compañero de ataque Luis Suárez, a los 33 del primer tiempo.
El complemento lo encontró más tranquilo, aunque jugó apenas 10 minutos de esa etapa, porque las necesidades de su equipo llevaron a Oscar Tabárez a reemplazarlo por Diego Laxalt.