La crisis social que vive Chile logró unir tanto al pueblo que las barras bravas de Colo Colo y Universidad de Chile ya no solo marchan juntas por las calles de Santiago, sino que ahora además tienen una causa común: boicotear el regreso del fútbol, que incluiría el clásico entre los albos y Universidad Católica.
Luego de la suspensión obligada de la actividad futbolística en el país trasandino, la ANFP decidió que se vuelva a jugar a partir de la próxima semana. Ante esta decisión, las barras emitieron comunicados expresando su oposición.
“Nunca les hemos creído. No les importa el desarrollo deportivo, ni los clubes; menos los hinchas. Lo que pretende el gobierno es dar una sensación de normalidad a través del fútbol y crear una falsa realidad. Pretenden utilizar a los clubes como una herramienta política a favor de sus intereses (…) Parafraseando a nuestro gran capitán, el fútbol pasó a segundo plano, porque estamos luchando por cosas mayores”, manifestó La Garra Blanca a través de un comunicado.
Los de Abajo, la barra de “La U”, también se pronunció con palabras recogidas por el diario trasandino La Tercera.
“No puede retornar el juego mientras no se haya concretado un compromiso político que satisfaga las justas demandas del pueblo. Asistir al estadio en sí es un peligro para la integridad de las personas; y puede ser peor bajo el estado actual de la represión. Reanudar el campeonato sería exponer a la hinchada a un desastre de violencia, persecución y criminalización”, expusieron.
Pero no solo los clubes más grandes marchan juntos y protestaron contra la vuelta del fútbol.
“El comienzo del campeonato no es más que un intento desesperado por apagar la llama de cada uno de los combatientes… No dejaremos que ni un jugador toque la cancha”, amenazaron los simpatizantes de Everton.
“Es una falta de respeto contra la causa y todas las víctimas… Somos materia dispuesta para boicotear cualquier partido de fútbol profesional”, advirtieron desde Santiago Wanderers también.
Los Ultras Kanarios, de San Luis de Quillota, avisaron: “Sin justicia social, no habrá paz social. Tampoco fútbol. La decisión de la ANFP es ilógica y fuera de toda realidad. No habrá partido. Lo decimos desde ya”.
Incluso en O’Higgins se juntaron La Trinchera Celeste y La Banda del Capo, sus dos barras, para expresarse unidas: “Rechazamos rotundamente el normal desarrollo del Campeonato Nacional mientras en las calles de Rancagua y todo el país una gran cantidad de la población se sigue manifestando por mejores condiciones de vida (…) las agrupaciones de hinchas que firmamos este comunicado nos manifestaremos frente a la reprogramación de los partidos de visita y de local, ya sea no asistiendo al estadio o no permitiendo el desarrollo del espectáculo, mientras el contexto social y político del país así no lo permita”.
En un contexto de marchas, protestas y violenta represión que desnudó un profundo descontento social acumulado por décadas, las barras bravas dejaron de lado sus diferencias. Marchan juntas, con los mismos reclamos, y con objetivos comunes a los del pueblo. Porque el pueblo, unido, jamás será vencido.