Eran miles los hinchas que esperaron la salida del plantel de River a La Bombonera. Llegaron horas antes, y se marcharon minutos después de que el micro emprendiera su viaje hacia La Boca, para disputar el desquite de semifinales de Copa Libertadores ante el clásico rival.
Unos cuantos millares de almas riverplatenses le dieron todo su apoyo al equipo de Marcelo Gallardo, que al salir del Monumental se encontró con una despedida a todo trapo: la tribuna del estadio (cualquiera de ellas) se había trasladado hacia la avenida Udaondo.
Bengalas, gritos ensordecedores, banderas y mucho rojo y blanco dominaron el paisaje en las inmediaciones del estadio de River cuando ell micro traspasó las puertas del estadio.
Al fútbol no lo juegan los hinchas, pero sí lo sienten como quienes ingresan al campo de juego. Y al menos esa sensación se inyectaron los jugadores millonarios, en la previa de otro clásico trascendente.
Afortunadamente, no existieroon complicaciones en el camino del ómnibus de River hacia su destino final. Y el plantel Millonario ingresó sin problemas a La Bombonera, evadiendo los fantasmas de la final de 2018.