Después de declarar en España por un supuesto arreglo de un partido cuando se desempeñaba en Zaragoza, Leonardo Ponzio regresó al país y se reincorporó a los entrenamientos de River Plate, que se prepara no solo para la reanudación de la Superliga tras la fecha FIFA sino también para los superclásicos ante Boca, por las semifinales de la Copa Libertadores.
Precisamente su presencia en el partido de ida de esa llave es una de las incógnitas que rodean el presente, más allá de la lógica preocupación por su situación judicial.
Su abogado, Juan De Dios Crespo, anticipó en TyC Sports que, de momento, Ponzio podría estar disponible para el primer choque ante Boca, el 1 de octubre en el Monumental. Claro, si su lesión se lo permite.
Es que la lectura del fallo en España, a la que Ponzio está obligado a asistir, estaba programado inicialmente para el día 30 de este mes, aunque su letrado anticipó que la fecha “puede modificarse”.
Por lo pronto, el volante realizó este viernes tareas sin demasiadas exigencias por su lesión en el bíceps femoral derecho y espera el alta médica para poder ponerse a las órdenes de Marcelo Gallardo, siempre y cuando a la Justicia española no lo convoque.
Ponzio declaró el pasado jueves en una causa iniciada contra un grupo de jugadores de Zaragoza, entre los que también se encuentran Leonardo Franco y Nicolás Bertolo, acusados de recibir sobornos en un encuentro ante Levante, válido por la temporada 2010-2011.
El futbolista de River admitió que recibió un depósito de 85 mil euros en dos pagos, de parte del por entonces presidente de Zaragoza, Agapito Iglesias, aunque aclaró que, según su declaración, estaban destinados a “hacer frente a entradas y autocares (micros) para el desplazamiento” del plantel.
Además, sostuvo que se trató de “un favor” pedido por Iglesias, a quien le devolvió el dinero en cuestión a través de “un hombre de confianza” del dirigente.
“No exigí documentación por recibir el dinero. Reconozco que me equivoqué”, lamentó Ponzio, quien en caso de recibir una pena deportiva, no correría para el fútbol argentino.
El fallo definitivo, según advirtió su abogado, podría demorar “años” en salir.