Sucedió en la mismísima “Catedral” del tenis mundial.
La alemana Laura Siegemund y el australiano Artem Sitak se encontraban en un descanso del partido que sostenían ante el británico Artem Sitak y la croata Darija Jurak, cuando de pronto sucedió algo impensable: se abrió un grifo, y el agua comenzó a bañar, literalmente, a los tenistas.
Si bien la alemana y el australiano fueron los perjudicados, Sitak y Jurak salieron corriendo, por las dudas, pesar de que estaban en el otro costado.
Por el momento se desconoce el nombre del, o los, responsables de un hecho inimaginable para el señorial torneo de Wimbledon.
Eso si, al menos Siegemund y Sitak lograron ganar el partido (3-6, 6-3 y 6-4), y clasificaron a la segunda ronda.