Era febrero. Santiago Muñiz, el campeón del mundo ISA, estaba listo para comenzar el circuito mundial cuando un análisis de rutina cambió sus planes. “No dieron bien, hay que buscar qué pasa”, le dijeron justo días antes de viajar a Australia para iniciar una temporada que nacía con un doble objetivo, seguir buscando su lugar en el Championship Tour (CT) y, a la vez, ir por una medalla en los soñados Juegos Panamericanos de Lima. La búsqueda médica llegó hasta la parte psicológica, a lo emocional, y arrojó un stress marcado en el competidor nacido en Mar del Plata. “Son muchos años compitiendo al máximo nivel, exigiéndome a fondo, y a veces el cuerpo y la mente dicen basta, paremos acá”, recuerda este rider de 26 años que aceptó la “alerta”, aunque no sin sufrir. “Estar fuera del circuito, del agua, de la competencia, me costó al principio. De a poco fui mejorando y entendí que era lo mejor, que todo mi cuerpo necesitaba un descanso”, explica quien empezó a entrenar hace un mes y ya está listo para volver este 1° de julio, cuando dispute un torneo top (10.000 puntos) en Ballito, Sudáfrica.
Todo esto le pasó a Santi apenas seis meses después de volver a ser campeón del mundo. Sí, aunque suene increíble, en septiembre Muñiz tuvo una de las más grandes alegrías de su vida, cuando ganó el Mundial ISA en Japón, venciendo en la final a una estrella como es el local Kanoa Igarashi. Un segundo título mundial en siete años (se había coronado en 2011) que le permitió lograr el pasaje histórico a Lima y ratificar -interna y externamente- que tiene el surfing para competir en el máximo nivel. “Sin dudas. En Japón me sentí muy bien, suelto, confiado”, recuerda. Claro, salvo excepciones, antes y después de ese evento Santi no lo pudo ratificar en el circuito QS donde compite hace años buscando meterse en el CT (están los 34 mejores del mundo). Muñiz terminó el año en el puesto 94°, aunque sabiendo que, con mucha confianza y una buena planificación, es posible pelear por el CT y, a la vez, ir por una medalla en el debut del surf en los Panamericanos.
“Programamos este regreso ahora para tener un torneo importante antes de ir a Lima. En Ballito he corrido mucho, con buenos resultados (fue 5to en 2017), y voy con la idea de divertirme, sin presiones”, explica Muñiz, quien antes de viajar a Africa estuvo 10 días en Perú, entrenando en la playa donde se harán los Panamericanos. “Fue importante para conocer mejor el lugar, la ola, gracias al Enard y la ASA. Me gusta, vamos a estar bien”, adelanta. En 2018, Santi ya estuvo parado seis meses por lesión de rodilla y ahora le tocó estar afuera nuevamente medio año. Por eso quiere agradecer el apoyo. “De todos, de mi familia, mi equipo de trabajo y mis sponsors”, asegura dándole un lugar especial a Quiksilver Argentina, que sigue apostando a él como su rider estrella. “A veces pasa que las empresas te preguntan ‘qué pasa que no competís, que no tenés resultados’. Por suerte eso no sucede con las que están conmigo”, dice quien además representa a San Lorenzo a nivel internacional.
Para Muñiz, Ballito será la antesala de Lima. “Luego de competir en Sudáfrica volveré unos días a mi casa en Bombinhas (NdeR: Santi nació en Argentina pero vive en Brasil) y después estaré 15 días en Mardel entrenando con mi PF Juan Baldino y con el seleccionado argentino con la cabeza puesta en los Panamericanos”, explica Santi, quien sin volverse loco tiene el sueño de ganar el torneo y clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (Lima entrega sólo una plaza). “¿Por qué no? Es cierto que no es fácil volver tras seis meses sin competir, pero me he sentido muy bien en el agua y recuperé las ganas, la energía. Tengo lo suficiente para competir de igual a igual con el que sea”, cierra el marplatense. El campeón del mundo no se rinde.