Mucho se habló en los últimos días de remontadas históricas, por las de Liverpool y Tottenham ante Barcelona y Ajax, respectivamente, pero hoy se cumplen nueve años de una nuestra, autóctona, y que también fue el preludio de un título para un equipo, el de Argentinos Juniors en el Clausura 2010.
Se jugaba la penúltima fecha, el Bicho corría de atrás a Estudiantes y encima tenía que recibir a Independiente, un grande que también tenía chances matemáticas de ser campeón.
El partido comenzó con sonrisas en el Diego Armando Maradona, porque Nicolás Pavlovich abrió el marcador a los 26 minutos de juego, pero a partir de allí comenzó el sufrimiento, porque un minuto más tarde Leonel Nuñez, un surgido del Semillero del mundo, igualó el marcador con un golazo olímpico.
Por si fuera poco, Darío Gandín a los 2 del segundo tiempo y a los 21 otra vez Nuñez, que ya no sabía cómo pedir perdón, le dieron dos tantos de ventaja a los conducidos por Américo Gallego.
Otro gol de Pavlovich, a los 27, les dio esperanzas a los de La Paternal, pero luego pasaban los minutos y la pelota no quería entrar ni siquiera para la igualdad.
Claudio Borghi, “Bichi”, campeón de América en la época más gloriosa de la historia de Argentinos, ya no tenía más delanteros para poner y llegó a mandar al marcador central Ignacio Canuto de enganche. Pero los héroes fueron otros dos defensores.
A los 43, Juan Sabia encontró un rebote en el área y, con el pie izquierdo, el menos hábil, clavó la pelota junto al ángulo superior derecho.
Estudiantes igualaba con Rosario Central, por lo que, de terminar así, llegaría con ventaja a la última fecha, aunque el capitán del Bicho tenía otros planes.
Matías Caruzzo, al igual que todo el equipo, presionaba bien arriba. Así fue como robó la pelota en la salida del Rojo, tiró una pared con José Luis Calderón y sacó un remate no tan fuerte que se desvió en Lucas Mareque y descolocó al arquero para desatar la locura en el estadio.
Lágrimas, abrazos entre desconocidos, voces que se quebraban por la emoción y las fuerzas de los gritos y, por primera vez en décadas, la certeza de que ésta vez sí el Tifón podía volver a coronarse en el fútbol argentino inundaron las tribunas de la humilde cancha ubicada en Juan Agustín García y Boyacá.
En la última fecha Argentinos venció 2-1 como visitante a Huracán y se coronó, pero para todos los hinchas del Bicho el partido más recordado fue el del fin de semana anterior, el que encaminó a su equipo a su primer título desde 1986, cuando ganó la Copa Interamericana.