Un nuevo y lamentable hecho de violencia se produjo ayer en la cancha de Central Córdoba, por el partido de vuelta de la tercera fase de la Copa Santa Fe, entre el equipo local y Timbuense, de la Liga Sanlorencina.
Central Córdoba se impuso de manera agónica por 1-0 y logró avanzar de ronda en aquel torneo, pero los jugadores del conjunto visitante no quedaron demasiado contentos y le reclamaron al árbitro del encuentro, Daniel González, porque consideraron que había adicionado pocos minutos.
Muy ofuscados por la eliminación, comenzaron los empujones y discusiones con el juez principal, y después con los futbolistas del Charrúa.
La peor parte se la llevó el arquero suplente de Central Córdoba, Francisco Mastrángelo, quien fue agredido brutalmente, desde atrás, por su rival y colega David Cerquetella, que le propinó una trompada y rápidamente le hizo perder la estabilidad y caer sobre el césped del estadio cuando se dirigían a la boca del túnel.
El médico del plantel, Alexis Molinari, le efectuó las primeras curaciones sobre una camilla en el pasillo contiguo al vestuario local.
El propio Mastrángelo contó lo sucedido en declaraciones a la emisora LT2: “No lo esperaba realmente al golpe, iba caminando con Mati (Giroldi, el arquero titular), nos estábamos yendo. La piña me sorprende, fue sin mediar palabras. En ningún momento pierdo el conocimiento cuando caigo al piso, me toco y tengo sangre, después el médico me atiende“.
Después dio su hipótesis del enojo de los jugadores visitantes. “Cuando termina el partido se le van todos al árbitro, yo desconozco que reclamaban, deduzco que sería por el tiempo que dio de adición. Pero agregó seis minutos, para mí un poquito exagerado”, remarcó.
Y agregó: “No fue un partido caliente, algún que otro encontronazo, pero no era para que terminara de esta manera. Con la única persona que hablé fue con el técnico (Carlos Ugarte) y me pidió perdón”.
“Le respondí que le agradecía, pero si sos profesional uno sabe en el ámbito que se mueve. Y el chico que me pega a mí sabe la lesión que me puede ocasionar porque era el arquero titular y la vista es lo que más se necesita en este puesto”, explicó.
También detalló su lesión: “Hoy a la mañana fui al oculista y me dijo que tengo un edema retinal. Que está afectada la retina pero que no es grave. Por la inflamación que tengo no pudo apreciar mucho el grado de la lesión y me dio medicamentos y reposo”.
“Es tan grande el hematoma que no logró ver, una vez que pueda abrir el ojo, otra vez seré revisado”, amplió.
Finalmente dijo: “Fui el único agredido de nuestro equipo, además del árbitro, un fotógrafo y un periodista. Había compañeros muy calientes por lo sucedido pero no se agarraron a piñas porque somos profesionales y entrenamos todos los días para vivir de esto”.
“Yo no le pegué a nadie, es la primera vez que me pasa, tanto en el fútbol como en la vida cotidiana, de recibir un golpe de esta manera. No puede ser que pase esto, yo lo voy a denunciar”, concluyó el arquero de 21 años.