Para Gustavo Alfaro no fue una noche más. El entrenador de Boca consiguió su primer título en el club al alzar la Supercopa Argentina en Mendoza y en medio de la celebración hizo un balance del encuentro ante Rosario Central y dejó una dedicatoria tan sorpresiva como especial.
“(Siento) satisfacción y justicia para los muchachos. A lo largo del partido fuimos más y merecimos ganar en los noventa minutos, pero en Boca todo es sufrido en estos tiempo y hay que acostumbrarse”, analizó el técnico Xeneize, que dirigió hoy su vigésimo partido en el equipo de la ribera.
En ese sentido, rescató: “El corazón de los muchachos hizo que puedan festejar con toda la gente”.
Luego Alfaro se refirió a su antecesor, Guillermo Barros Schelotto, a quien reemplazó a principios de este año.
“Lo quiero compartir con Guillermo, porque esta final la jugamos gracias a los jugadores y a él, y parte de la medalla es suya”, remarcó.
Además, consideró que esta conquista puede ser importante con vistas al futuro: “Estas son las cosas que marcan, los puntos de inflexión”.
“Era una copa esquiva para Boca desde siempre y esperemos que de acá en adelante se pueda volver a construir ese Boca sólido, granítico, con mentalidad ganadora y con ambiciones”, agregó Alfaro.
Por último, rescató la actuación de su equipo en el segundo tiempo: “Lo llevamos por delante y de no ser por los palos, las salvadas y los foules, se tendría que haber resuelto antes el partido”.