Mañana todo el mundo del automovilismo deportivo recordará el veinticinco aniversario de la muerte de uno de los pilotos más grande que haya conocido la Fórmula Uno: el brasileño Ayrton Senna.
Imola, el 1 de mayo de 1994, un accidente sin explicación…
La noticia recorrió el mundo, y golpeó no sólo al ambiente del automovilismo, y de paso borró casi de la historia otra trágica muerte ocurrida un día antes, durante la clasificación, la del austríaco Roland Ratzenberger.
Según lo recuerdan personajes de aquella Fórmula Uno de la década del ’90, Ratzenberger era carismático, pero humilde; tímido, pero vivaz, con una vida dedicada, y finalmente se rindió, a una pasión singular: las carreras de autos.
Nacido en Salzburgo el 4 de julio de 1960, Ratzenberger ingresó al automovilismo a los 23 años, corriendo en la Fórmula Ford, categoría en la que apenas dos años conquistó los títulos austriaco, alemán. y europeo.
Después pasó por las Fórmula 3 Británica, la Fórmula 3 y el Sport Prototipo de Japón; corrió incluso las 24 Horas de Le Mans; hasta que en 1994 llegó su gran oportunidad, correr en la Fórmula Uno con un auto del equipo Simtek.
Su debut no fue bueno, no pudo clasificar en Brasil, la carrera que abría el campeonato; en la siguiente, Japón, terminó undécimo.
Y así llegamos a San Marino. Primero fue una salida en la curva ”
Acque Minerali”, aparentemente por un daño en un alerón. En la siguiente curva, la “Villeneuve”, su “flap” delantero falló, y le impidió doblar, y el auto impactó contra las barreras de protección a 300 kilómetros por hora.
El austríaco murió casi al instante, y entre las personas que se acercaron al lugar del accidente se encontraba Senna. Dicen que el brasileño sintió ese impacto y estaba a favor de suspender la carrera, pero corrió.
“Fue una decisión difícil, pero seguimos adelante por respeto a Roland. Siempre recordaré su sonrisa. Era un conductor muy comprometido, y muy honesto. Era un corredor de carreras, vivió y amó el deporte. Nunca me arrepentí de haber corrido ese día en homenaje a él”, expresó David Brabham, compañero de equipo de Ratzenberger.
Foto: Fórmula1.com